Abogado de narcodefensa, Italia Francia delito de narcotráfico

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El ejercicio de la profesión del abogado en casos de narcotráfico suele convertirse con frecuencia en la práctica exclusiva de la defensa por esos delitos, aunque muchos son los abogados que se mantienen asumiéndolos de manera conjunta con otras tipologías delictivas.


Sin embargo no es extraño que los abogados penalistas que incursionan en ese campo, con el tiempo vayan aceptando más casos, máxime cuando acumulan llamativos rankings de éxito, y vayan alcanzando un grado de especialización en la materia que los conduce a concentrarse en esos tipos de procesos penales.


No en balde se dice que el caudal de experiencias acumuladas es un tesoro que se amasa con la praxis continuada en un área específica.
Las técnicas defensivas en la narcodefensa varían de un caso a otro, y no existe una receta común para todo proceso de narcotráfico.  Cada caso es único, y la estrategia defensiva debe ajustarse a sus dimensiones, como un traje hecho a la medida. Sin embargo, lo aprendido en cada caso en particular tiene el efecto de agudizar los instintos del abogado practicante y pulir sus habilidades.

Las semejanzas entre un caso y otro no son garantía de que iguales estrategias arrojen los mismos resultados, pero sí un muy confiable indicador de la dirección a seguir.


La defensa penal en casos de narcotráfico va dirigida, esencialmente, a los siguientes objetivos, los que exponemos en orden de prioridad:
- Conseguir la libertad del acusado, si esta en detención.
- La exoneración del acusado
- La atenuación máxima posible de la sanción imponible.


Existen escasas o nulas posibilidades para la defensa de conseguir la libertad del acusado por narcotráfico cuando se dan algunas de las circunstancias siguientes:
- Actitud negativa del acusado al momento del arresto.
- Si es reincidente, o multireincidente en el delito o en intentos de fuga.
- Si la libertad del acusado representa un peligro para el normal desenvolvimiento de la investigación por obstaculización del mismo.
- Si existen evidencias de que peligra su vida estando en libertad.


Cuando el acusado de narcotráfico esta detenido pero todavía no se han levantado cargos formalmente, puede evitarse que se formulen si la defensa demuestra que no existe causa probable para ello. La causa probable, denominada con otras terminologías según el ordenamiento jurídico y la ley penal vigente, se refiere a la existencia de razones fuertes que justifiquen la formulación de una acusación que se muestre sustentable en el futuro desarrollo del proceso.


Por lo tanto, toda detención por narcotráfico no desemboca, necesariamente, en enfrentar cargos penales en corte.
Sin embargo evitar que se levanten cargos en base a  lo anteriormente explicado no es posible cuando la detención se produjo por comisión flagrante del delito, en presencia del agente policial y del público. En estos casos, la detención y la formulación de la acusación por parte del fiscal no necesitan más justificación.


Es importante para la conformación de una defensa consistente el examen del actuar de la policía y del material probatorio de la acusación. El seguimiento prolongado a narcos connotados sin un resultado exitoso resulta frustrante para las autoridades, y puede conducir al apresuramiento en la construcción de un caso, lo que lleva inexorablemente al fracaso en corte por debilidad en los argumentos de los cargos, inconsistencia de las pruebas presentadas, o fracturación de los procedimientos establecidos para la recolección de aquellas.

Individuos de conducta vulnerable, o que tienen deudas impagadas con la justicia pueden ser  usados por la policía para tramar el cerco a otro delincuente que constituye un objetivo mayor, y ser impelidos a la comisión de actos relacionados con el narcotráfico, como parte de la técnica de investigación policial. Los individuos así colocados en tales situaciones pueden acabar detenidos en las redadas policiales realizadas, y terminar detenidos y enfrentando cargos por narcotráfico debido a acciones que, en otras circunstancias, tal vez no hubiese cometido. No importa que se trate de individuos de mala conducta social, o infractores consuetudinarios del orden, la acusación por narcotráfico solo puede ser sostenida sobre la base de la culpabilidad del sujeto, por haber cometido el hecho por su libre y espontánea voluntad.


El desempeño del abogado de narcodefensa se extiende más allá de las salas del juzgado, y del ejercicio de la defensa propiamente dicha,  cuando el acusado decide ponerse del lado de la justicia y colaborar en la investigación del caso en que él mismo está inmiscuido, o en otros pendientes de solución donde él pueda resultar un elemento clave.

El abogado lo representa y asesora en la negociación con el ministerio público, interviniendo en pos de alcanzar los máximos beneficios posibles para su cliente en cuanto a su situación legal, y se ocupa de que se garantice una protección adecuada de su vida, la de sus familiares, y de sus bienes. Esto último es sumamente importante, dada las represalias que esta actitud colaboradora puede desencadenar en el mundo narco, si se podría poner en peligro de desmantelamiento a grandes organizaciones criminales y redes de narcotráfico internacional.